jueves, 24 de mayo de 2012

EDUCACIÓN EN VALORES


1.       ¿Cómo podría desarrollar en los alumnos valores como el respeto, el amor al prójimo, los buenos hábitos en la casa y en el colegio?

Para responder esta pregunta sería bueno analizar, en primer lugar, algunos conceptos:
El respeto o reconocimiento es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.

El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única  que necesita que se comprenda al otro.  Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo. El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

El respeto no sólo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres.

El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos. Cuando dicha falta corresponde a la violación de una norma o de una ley, incluso es castigada a nivel formal. Este castigo puede ser una multa económica o hasta el encarcelamiento.

El amor al prójimo: En las relaciones de la persona con su medio, el amor se ha clasificado en diferentes manifestaciones; en virtud de ello, pueden aparecer una o más de las siguientes:

·         Amor autopersonal: El amor propio, amor compasivo, es, desde el punto de vista de la psicología humanista, el sano amor hacia uno mismo. Aparece situado como prerrequisito de la autoestima y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta. Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales, y no debe confundirse con el narcisismo, que conlleva egocentrismo y que coincide con una autoestima baja.
·          Amor incondicional: Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este tipo, y, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.
·          Amor filial: Entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
·          Amor fraternal: En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco.
·         Amistad: Cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar.
·         El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad. Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo».

Hábitos:   Hábito puede referirse a:
Hábito (psicología), es el comportamiento repetido de una persona regularmente. Un hábito es hacer una misma cosa todo el tiempo sin esfuerzo alguno; es una acción automática; es como una ciega rutina según la cual y de manera general...
-          malos hábitos equivale a vicios
-          buenos hábitos equivale a virtudes
Teniendo en cuenta las definiciones anteriores podemos comenzar apuntando a la teoría de que al trabajar uno de esos valores; estaremos, sin proponérnoslo, trabajando sobre la base de los otros dos. Según Olga Patricia Arce: “Cada persona, desde el inicio mismo de la concepción, recibe influencias del medio que le rodea, lo cual moldea continuamente su manera de actuar. Todo esto le permite construir su propio estilo de vida, su propio sistema de creencias. Su concepción de disciplina surge de esta construcción subjetiva, que define su actitud ante la vida. Estará presente en todo su quehacer y será modificada por las exigencias del medio cultural en cuanto a comportamiento social se refiere. Los valores, ideas, sentimientos, experiencias significativas definen los hábitos de cada ser humano. Aquí la formación que reciba la persona, así como las demandas del contexto (familia, escuela, trabajo, comunidad, etc.) serán la clave para ejercer un determinado rol en la sociedad. Para ello, la labor de los docentes, los padres y los otros más competentes son los llamados a colaborar en los procesos de formación de la disciplina, para alcanzar los sueños y los proyectos de vida de los niños y adolescentes que nos encomendó Dios. En muchas ocasiones observamos a padres y madres ofreciendo premios si sus hijos logran resultados óptimos en la escuela. El éxito por sí mismo constituye la satisfacción personal que cada estudiante debe interiorizar como su meta. Sin embargo, lo primero que debemos hacer para el mejor provecho del estudio es tener claras las metas. El éxito en su cumplimiento reside en la búsqueda imperiosa de satisfacer una necesidad. Si los padres abordamos todas las necesidades que tienen y tendrán nuestros hijos y no les permitimos que paulatinamente ellos trabajen en la búsqueda de alternativas para la solución de sus problemas, siempre dependerán de otros para lograr sus propósitos”.
Es por todo esto que consideramos que en este caso la escuela y la familia deben desarrollar un trabajo coherente y sistemático.
En el salón de clases, en tutoría, se pueden emplear disímiles didácticas, desde la proyección de videos educativos que promuevan el debate, hasta el análisis de determinadas frases. Propongo una actividad. Se pudieran formar varios equipos en el salón de clases y en dependencia de la edad se les entregan diferentes frases  alusivas al respeto, algunas podrían ser:
·         El respeto no es el virus que invade la diferencia, es el pionero de la aceptación y el marinero del amor. Respeto es amar las diferencias de quien desprende la barca de competencia.
·         El respeto es la base del entendimiento entre los seres humanos; tenemos que aprender a respetar para que los demás nos respeten.
·         Respeto es la capacidad de aceptar a todo lo que posea vida, a toda nuestra diversidad a la cual pertenecemos.
·         Respetar es empezar a ganar la guerra.
·         Vale más tener el respeto de los demás que su admiración.
·         Recuerda que un amigo te quiere, te apoya, te ayuda, pero sobretodo, te respeta.

Una vez que se han distribuido las frases, podrían realizarse diversas actividades, si los alumnos son de primaria, se les indica que dibujen sobre la frase, dejándoles a libre elección el dibujo que realizarán. Luego cada uno de ellos explicará qué significan los dibujos que han realizado y la relación que tiene con la frase inicial. El profesor irá haciendo las aclaraciones necesarias. Durante la dinámica, el profesor observará las relaciones entre los estudiantes, insistirá para que mantengan el respeto ante los dibujos y las exposiciones. Asimismo en secundaria, se les puede indicar un debate. Podrían trabajarse la frase en negativo y en positivo. Armar dos equipos, darles un tiempo y que defiendan las posiciones.
·         Ejemplo frase positiva: El respeto no es el virus que invade la diferencia, es el pionero de la aceptación y el marinero del amor. Respeto es amar las diferencias de quien desprende la barca de competencia.

·          Ejemplo frase negativa: El respeto es el virus que invade la diferencia, no es el pionero de la aceptación y el marinero del amor. Respeto no es amar las diferencias de quien desprende la barca de competencia.

El mismo tratamiento podría dársele a los otros temas, digamos: los hábitos y el amor al prójimo. Lo importante es que el trabajo sea sistemático, que el profesor esté consciente de las definiciones que pretende sistematizar y que se logre una aceptación familiar ante la labor.

2.       ¿Son necesarios los valores en colegios donde solo prevalece el aspecto intelectual, qué clases de alumnos salen de estos colegios?
Sí, definitivamente, sí son necesarios los valores en cualquier entorno escolar, sea cual sea el aspecto que prevalezca. Los valores son el sostén que nos mueve ante la vida. Tomamos determinadas decisiones basados en nuestra historia; y en nuestra historia está o no implícita la formación que debemos recibir desde pequeños y que, de hecho, hemos recibido. Los  valores morales, por ejemplo, perfeccionan al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos cultura por ejemplo, pero esto no afecta directamente el ser hombre. Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar la justicia, le perfeccionan.
Los alumnos que egresan de una escuela donde no se han practicado estos valores carecen de los principios que les permiten orientar su comportamiento en función de realizarse como personas plenas. Carecen, además, de las creencias fundamentales que los ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. No son portadores de pautas para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Son incapaces de valorar las necesidades humanas y representar ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.
Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores. Un joven egresado que carezca de estas cualidades será un joven frustrado e incapaz de encausar su vida hacia el bien.

3.       ¿Qué papel juega la inteligencia emocional en jóvenes con valores?
Según Daniel Goleman la inteligencia emocional se compone de siete factores:

1.      La capacidad de adoptar las decisiones acertadas basándose en el conocimiento de los propios talentos y emociones.
2.      La capacidad de controlar los sentimientos a la hora de tomar una decisión.
3.      La capacidad de estimularse y motivarse a si mismo aun cuando un fracaso siga a otro.
4.      El don de dominar la vida desde un planteamiento optimista.
5.      La capacidad de poder renunciar a algo durante algún tiempo.
6.      El don de identificarse con otros y así poder comprenderlos mejor.
7.      El don de llevarse bien con los demás, de colaborar con ellos y controlar las propias emociones

Si anteriormente hemos sostenido las definiciones de valores como el sostén que nos mueve ante la vida, que los  valores morales perfeccionan al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón. Que, además,  les permiten orientar su comportamiento en función de realizarse como personas plenas. Elegir  las creencias fundamentales que los ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. Y la capacidad de ser portadores de pautas para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Entonces, los jóvenes que sean poseedores de  inteligencia emocional y, por tanto, de los aspectos mencionados anteriormente; serán capaces de valorar las necesidades humanas y representar ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Serán personas plenas y felices y lograrán cubrir todas las metas que se propongan.
4.       Cuando los alumnos salen de secundaria, a veces a estudiar, otros a estudiar y trabajar, otros a trabajar y otros solo a sobrevivir, ¿Cree usted que estos jóvenes sin valores que vienen de casa y del colegio puedan superar los inconvenientes y retos de la vida? ¿Por qué?
No, no lo creo. Analizando los acápites anteriores podría decirse que jóvenes incapacitados para tomas las decisiones correctas, para valorar a los seres humanos, para adueñarse de su destino.
Abelardo Pithod - Doctor en sociología - Universidad de París – Sorbona, sostiene que existe la ceguera frente a los valores, ceguera que, cuando es grave y se refiere a valores fundamentales, convierte a una persona en un perverso. En aquel artículo hacía referencia a un personaje “que recordar no quiero”
La carencia de valores sensibles e intelectuales, dijo,  puede presentar diversas manifestaciones. La gente que no tiene oído no puede acceder al maravilloso mundo de la música. Quienes carecen del sentido del humor, no distinguen los chistes buenos de los malos.
Claro, mucho más graves son los déficits en relación a los valores humanos superiores, añadió. Hay quienes, incapaces de amar, ven a las personas como simples medios para satisfacer sus apetitos. En este grupo se hallan los frívolos, los mentirosos, los aprovechadores y demás amorales. En el peor de los extremos de este abanico volvemos a encontrar a los perversos.
También asegura que hay gente de un solo valor, es decir de un solo amor. No es raro que estos amores monovalentes lleguen a ser destructivos. Al decir popular son amores que matan, o por lo menos amores que castran.
Por otra parte, más adelante le da una entrada a la esperanza y plantea:
“Sin embargo, no debemos ser pesimistas. Siempre se dará la acción natural y espontánea del conocimiento por connaturalidad y de la inteligencia emocional. Esto interesa a los padres y a los educadores en general y les da confianza, porque los frutos de la educación no se ven de inmediato. Lo que se recibió en el regazo materno, o antes, hinca sus raíces en las capas más profundas del psiquismo. No sólo la madre sino el padre y todo el ámbito familiar, luego también la escuela y el medio ambiente, van ayudándonos a forjar nuestra propia estimativa de los valores. Este es un capital de sabiduría transmitido ancestralmente. Es la sabiduría del corazón, un depósito de saber y sentimientos para orientarnos en la vida. La misión de cada uno es recrearlo y pasar la antorcha a los que les toque sucedernos”.
Recopilado por: Liadys Valles